domingo, 25 de abril de 2010

JUAN RUIZ Y EL LIBRO DEL BUEN AMOR


Como ya lo habíamos analizado en el artículo anterior, Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, fue el escritor más representativo del mester de clerecía y ello gracias a esa maravillosa titulada el “Libro del Buen Amor”, pues bien conozcamos un poco a Juan Ruiz.
Nacido probablemente en 1283 en Alcalá de Henares, fue el arcipreste del pueblo de Hita provincia de Guadalajara, algunos estudiosos afirman que su “Libro del Buen Amor” lo escribió en la cárcel pagando una condena injusta y a causa de celos profesionales del entonces cardenal Gil de Albornoz, Arzobispo de Toledo.
El autor, en este libro, se propone informar e instruir al lector sobre los riesgos que implica el loco amor o el amor mundano y las grandes ventajas del buen amor o el amor de Dios pero lo novedoso de este libro es un humor ambiguo y junto a este detalle se destaca el uso de la primera persona que es la voza del propio arcipreste o de los personajes Melón de la Huerta o Melón Ortiz, desde mi humilde percepción, ese uso del “yo” es un juego dual de tránsito entre virtuosos y pecadores pues observaremos que el mismo arcipreste en sendos pasajes suele ser tentado por el pecado y a veces cae en dichas tentaciones, pues esta ficción autobiográfica amorosa comprende los intentos de seducción que realiza el arcipreste y que suele fracasar, esto ocurre en un primer momento con una dueña y con una mujer llamada Doña Cruz, que termina por relacionarse no con el arcipreste enamorado, sino con su mensajero Ferrán García, es ahí que se adentra en una serie de discusiones con el Amor a quien termina diciéndole ”quisiste ser maestro antes que discípulo ser” y a quien le recomienda que leyera a Ovidio, también el amor le recomienda que busque una tercera en amores a quien le va a llamar la Trotaconventos, que sería en la actualidad que ofrece servicios sexuales, también sugiere que no se exceda en beber demasiado vino tinto o blanco y que sea mesurado en todos sus actos.
A partir de ese momento, la ficción de yo se traslada a la figura de don Melón de la huerta quien busca amores y termina por casarse con Doña Endrina, del mismo modo, aparecen otros personajes mujeres como una dueña, una viuda, una monja, una mora para llegar finalmente a las serranas pues desde sus escritos el narrador sostiene que “probar todas las cosas el apostol manda. Al morir la Trotaconventos, el arcipreste desolado y triste, increpa a la muerte “¡Ay Muerte! ¡Muertas seas y malandante!
Pero esta maravillosa obra con un lenguaje acariciante y empalagosa, llega a su punto máximo en los tramos de la pelea entre el arcipreste y Don Amor (estrofas 372 – 387), en este fragmento se establece un paralelo entre los pasos de la seducción y las horas canónicas, antecedente del tópico literario de la “misa de amor”, como reaparece en el romance en el que los monaguillos, en lugar de decir “amén, amén”, dicen “amor, amor”; la lucha entre Don Carnal y Doña Cuaresma, cada uno dirigiendo su propio ejército de animales.
Es notoria la influencia de “Las falsas vidas” de Ovidio retomadas con ingredientes jocosos y extensiones de parodias en los episodios de las serranas; las fábulas y cuentos provenientes de las colecciones orientales, las sentencias y los refranes; también es necesario agregar que se notan las coincidencias de la obra con ciertos rasgos de la literatura de los goliardos, poetas y clérigos mendicantes de los siglos XII y XIII que se burlaban de la hipocresía de ciertos dignatarios de la Iglesia y proponían el placer como respuesta a la fugacidad de la vida, estas coincidencias se dan especialmente en el humor, la parodia y la sátira.
La influencia que ejerció esta obra es importante pues el personaje de la Trotaconventos adquirirá matices de personaje principal en la obra “La celestina” de Fernando de Rojas, un siglo después; también el dinero y la sátira serán temas recurrentes para Francisco de Quevedo y Villegas en el siglo de oro español.


Aquí fabla de la pelea qu'el arçipreste ovo con don Amor.

Tal eres, como el lobo, retrahes lo que fases, 372
estrañas lo que ves, et non el lodo en que yases,
eres mal enemigo; a todos quantos plases
fablas con grant simplesa, porque muchos engañes.

A obla de piedad nunca paras mientes, 373
nin visitas los presos, nin quieres ver dolientes,
si non solteros, sanos, mançebos e valientes:
si loçanas encuentras, fáblaslas entre dientes.

Reças muy bien las oras con garçones folguynes 374
Cum his qui oderunt paçem fasta que el salterio afines.
Diçes ecce quem bonum, con sonajas, et baçines,
in noctibus stolite, después vas a maitines.

Do tu amiga mora comienças a levantar 375
domine labia mea en alta voz a cantar,
primo dierum ortu los estormentos tocar
nostras preçes ut audiat, et fáçeslos despertar.

Desque sientes a ella tu coraçón espaçias 376
con la maitinada cántate en las frurias laçias
laudes aurora luçe dasles grandes graçias
con miserere mei mucho te lo engraçias.

Et saliendo el sol comienças luego prima 377
debe in notem tuo ruegas a tu saquima
que la lieve por agua e que dé a toda çima
va en achaque de agua a verte la mala esquima.

Et si es tal que non usa andar por las callexas 378
que la lieve a las huertas por las rosas vermejas
si cree la babieca sus dichos e consejas
cueva tristis trae de quicumque vult redruexas.

Et si es dueña tu amiga que d'esto non se compone 379
tú católica e ella, cata manera que la trastorne
os, linga, mens le añade seso con ardor pospone
va la dueña a terçia caridat a longe pone.

Tú vas luego a la iglesia por le deçir tu raçón 380
más que por oír la misa, nin ganar de Dios perdón,
quieres la misa de los novios sin gloria, e sin son,
caxqueas al dar ofrenda, bien trotas el comendón.

Acabada la misa reças tú bien la sexta 381
que la vieja que tiene a tu amiga presta
comienças in verbum tuum, e diçes tú de aquésta
Sed sanctus sant' licor por la grand misa de fiesta.

Diçes quomodo dilexi nuestra fabla varona 382
susçipe me secundum, que para la mi corona
lucerna pedibus meis es la vuestra persona,
ella te diçe quam dulçia que recabdas a la nona.

Vas a reçar la nona con la dueña loçana 383
Mirabilia comienças, diçes de aquesta plana
Gresus meos dirige, responde doña fulana
Iustus es Domine tañer a nona la campana.

Nunca vi sancristán que a vísperas mexor tanga 384
todos los instierros toca con la chica manga
la que viene a tus vísperas por bien que se remanga
con virga virtutis tue faces, que de ay retanga.

Sede a destris meis diçes a la que viene; 385
cantas letatus sum, si allí se detiene;
illic enim asçenderunt a qualquier que allí se atiene.
La fiesta de seis capas contigo la Pascua tiene

Nunca vi cura de almas que tan bien diga completas. 386
Vengan fermosas, o feas, quier' blancas, quier'prietas
digan te conoscas nos se grado abres las puertas
después custodinos te ruegan las encubiertas.

Fasta el quod parasti non la quieres dexar 387
ante façiem eius sabes las alxar
in gloria plebis tuae façes las aveitar
salve regina, diçes, si de ti se va quexar
.

1 comentario:

  1. ponga algo sobre alavar alvar nuñez cabeza de vaca ya ps no sea malo -.- .

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